El atentado de la noche del martes contra el director de la Unidad Nacional de Protección, UNP, Augusto Rodríguez, pudo haber sido el último episodio de una serie de movimientos sospechosos que el funcionario y su esquema  de seguridad venían observando desde hacía varios días a su alrededor.

“La noche del 6 de marzo yo regresaba a mi casa y los escoltas no me dejaron bajar del vehículo porque detectaron un vehículo de color rojo que aparentemente nos venía siguiendo, entonces esperé varios minutos hasta que ellos decidieron y afirmaron que la situación estaba controlada”, relató el funcionario en diálogo con RCN Radio.

Sobre los detalles de lo que pasó la noche del martes, Rodríguez explicó que de manera inusual, al llegar a su casa se bajó rápido del carro porque iba con su hija. 

“Segundos después se empezaron a escuchar los disparos. Abrí la cortina y mis escoltas estaban en un cruce de disparos con hombres que se movilizaban en motos, yo vi dos motos, pero algunos afirman que eran tres motos", añadió Augusto Rodríguez en su relato.

"Fue una balacera muy fuerte, hubo por lo menos 20 intercambios de disparos entre ellos, las motos se fueron en contravía y se fueron y a unos 100 metros una persona cayó de una moto. Uno de mis escoltas tuvo una herida leve en la pierna, sufrió un rozón y la camioneta tenía varios impactos”, contó también.

Dijo que las autoridades atendieron rápidamente esa situación y que incluso el director de la Policía, general Henry Sanabria y el comandante de la Policía de Bogotá, general Carlos Triana, llegaron hasta su vivienda para verificar si Rodríguez y su familia estaban bien.

Entre tanto, señaló que un grupo especial inició las investigaciones con estudios balísticos y un recorrido para analizar los vídeos de las cámaras de seguridad de la zona.